Son varios los aspectos que van a permitirnos recortar gastos si optamos por césped
artificial frente al natural. Una vez realicemos la inversión inicial, nos
daremos cuenta de que rápidamente esta se recupera y comenzamos a ahorrar. Para
empezar, porque no necesitaremos recurrir a un profesional que nos lo cuide. Es
decir, si hasta ahora estabas recurriendo a un jardinero para que te mantuviera
bonito el jardín, ahora puedes
prescindir de sus servicios y destinar ese dinero a otras cosas. Esto se debe a
que tú mismo podrás mantenerlo en buen estado, con los sencillos cuidados que requiere: cepillar, regar periódicamente
para retirar el polvo y poco más.
La otra vía de ahorro
viene por el menor consumo de agua. Seguro que hasta el momento necesitabas
bastante agua para poder regar el césped. Este se sumaba a las plantas, macetas
y árboles que ya se tuvieran, por lo que es otra partida de gastos que vamos a
poder tachar de una vez por todas. El agua que se gasta para el mantenimiento del césped artificial es
mínima, muy poca agua y solo cada dos semanas más o menos, como decíamos, para
que no coja mucho polvo.
Otro de los motivos que hacen que este sea más económico es
la no necesidad de utilizar abonos y
fertilizantes, productos químicos para que el césped luciera en buen estado
y con buen aspecto. En este caso, para el artificial, no
necesitarás nada. Solo regarlo un poco, la verdad, y cepillarlo de vez en
cuando.
El último punto que queremos destacar, aunque no sea
referente a ahorro, es la comodidad
que da tenerlo cuando te vas de
vacaciones. Es perfecto para el verano, ya que es posible despreocuparse
por completo durante todo un mes sin que el césped se resienta o tengas que
llamar a un profesional o a un amigo para que lo riegue. De esta forma, te
puedes marchar sin temor a que a la vuelta esté muerto. Lo encontrarás en perfecto estado, simplemente listo
para que le des un riego.